lunes, 12 de diciembre de 2011

Un estudio confirma que el color de las encías coincide con el del glande

Un equipo de expertos de la Universidad de Stanford ha analizado durante seis meses las gamas cromáticas de cientos de genitales masculinos y femeninos para luego compararlos con el color de las encías. El jefe de la investigación, John Latitta, sintetiza los resultados del estudio con esta frase: “Muéstrame tu mejor sonrisa y sabré qué me espera allí abajo”.

Según Latitta, el color de los genitales de un individuo coincide con el de sus encías en un 89% de los casos, descartando situaciones excepcionales “donde la falta de higiene nos sorprende con colores propios del mejor Kandinsky”.

En la presentación de los resultados, los especialistas han mostrado fotografías de distintos glandes y el profesor Latitta ha retado a la audiencia a identificar cuál de ellos era el suyo tomando como base el color de sus propias encías. “El porcentaje de aciertos ha sido espectacular y ha habido incluso aplausos e intercambio de teléfonos”, confiesa Latitta.


El descubrimiento podría cambiar las relaciones afectivas y, especialmente, los rituales de cortejo. “No sería raro que, de ahora en adelante, la gente paseara por las discotecas y locales de moda con la boca abierta, como si estuvieran en un anuncio de dentífrico. Ya no será necesario ir al baño para decir ‘Eh, nena, esto es lo que traigo, este es el tema que yo propongo’”, insiste Latitta. El profesor pronostica asimismo una auténtica revolución en la odontología y la ginecología: “Que nadie se extrañe si va al dentista y le piden que se baje los pantalones como ocurre en algunas entrevistas de trabajo”, advierte.


Lo que el estudio no ha podido determinar aún es “el enigma de los huevos marrones”. Según Latitta, “no tiene ningún sentido que los testículos estén morenos si nunca les da el sol. Quizá es porque venimos del mono, que los arrastra siempre por el suelo. Si logramos implantar escroto en la cara de los albinos podemos solucionar muchos problemas estéticos y dermatológicos. Y crear otros, también. No sé, es un tema sobre el que debemos reflexionar”.


Ya sabéis, a sonreir mucho.

Noticia encontrada en internet, y ya se sabe que si lo dice internet, va a misa.

Feliz Navidad a todos, independientemente del color que tengáis los hue.....

viernes, 9 de diciembre de 2011

Alianza de civilizaciones


Un clérigo islámico residente en Europa ha asegurado que las mujeres no debería estar cerca de plátanos y de pepinos para poder evitar que se desencadenen "pensamientos sexuales" por las semejanzas con el órgano sexual masculino.

El religioso, un jeque del que no se ha desvelado su nombre, ha realizado esta reflexión en una entrevista publicada en el diario digital El Senousa, recogida por el portal árabe Bikyamasr.com.

En el texto, el clérigo mantiene que las mujeres que quieran comer plátanos y pepinos tienen que solicitar la ayuda de un hombre cercano, como su marido o su padre, para que se encargue de cortarlos antes de servirlos en el plato.

El jeque ha justificado su recomendación por el hecho de que el plátano y el pepino "se asemejan al pene del hombre", por lo que las mujeres podrían pensar en sexo cuando consumen esta fruta y esta hortaliza.

El religioso musulmán también ha abogado por incluir las zanahorias y los calabacines en la 'lista de alimentos prohibidos para mujeres', por los mismos motivos que el plátano y el pepino. Al ser consultado sobre cómo controlar que las mujeres que compran en establecimientos en la calle estas frutas y hortalizas, el clérigo ha respondido que ese tema es una decisión a adoptar entre las mujeres y Dios.

Sobre la forma de actuar cuando a una mujer en una familia le gustan estos comestibles, el jeque ha dicho que lo aconsejable es que estos productos sean cortados en un lugar oculto a la vista de la fémina para que no tengan pensamientos sexuales.

Noticia aparecida en prensa